jueves, 27 de agosto de 2009

Guerra y Paz



La adaptación rusa al cine es tan monumental como el libro: ¡400 minutos de película!

El MI bloguero se llevó a Noruega una lectura ligera y breve: Guerra y Paz, de Tolstoi, en una edición de bolsillo (es un decir) que ha pasado por las manos de gran parte de la familia Bernal. El lector ocasional empieza un poco incómodo: el libro se comprimió en 879 páginas a costa del tamaño de la letra, ante sus ojos cansados desfila un continuo baile de personajes con "líneas escritas en el guión" cuyo nombre varía en manos de un traductor no muy competente, el anónimo narrador es omnisciente hasta el punto de interpretar los pensamientos de Napoleón... El lector resiste con valentía las dificultades, se sumerge en las vidas de Pierre, los Bolkonski y los Rostov, participa mentalmente en las terriibles batallas, la fuerza incontenible de la novela acaba arrasando con todo y, tras pasar la última página del libro, sabe que ha cambiado un poco su forma de ver la vida y la literatura.

Tolstoi, al igual que Chejov y Gorki, era un gran aficionado al ajedrez, y no podía faltar la mención a nuestro juego que justifique este post:

Pierre le miró sorprendido.
- ¿No dicen que la guerra es como una partida de ajedrez?
-Sí -respondió el príncipe Andrei-, pero con una pequeña diferencia: en el ajedrez puedes pensar cada movimiento todo lo que quieras, sin límite de tiempo... Además, un caballo es siempre más fuerte que un peón, y dos peones más fuertes que uno solo, mientras que en la guerra un batallón es a veces más fuerte que una división, y otras más débil que una compañía. Nadie puede conocer la fuerza relativa de los dos ejércitos.

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